• Una tarde junto a Gustavo Suárez, vecino de la Ciudad de Quilmes, Buenos Aires.

    Anécdotas varias y un registro promedio de la cantidad de carros tirados por caballo que pasan en el transcurso de una hora.

  • Los caballos son brutalmente sobre exigidos debido a que los carreros ven en ellos un reemplazo económico del automotor,  es decir, los reducen a la categoría de máquinas. Es por esto que los animales se encuentran desnutridos y exhaustos, y terminan desplomados en la calle. Además, los carros a los que se los ata, no cumplen ninguna normativa de seguridad ni de bienestar animal. Son construidos de modo rudimentario con materiales de descarte, razón por la cual  ocasionan severas lesiones corporales a los equinos y constituyen un peligro para la seguridad vial.  

    La circulación de estos carros no está sujeta a ningún tipo de control, a pesar de lo que estipula la legislación vial, es frecuente ver menores conduciéndolos, o personas en estado de ebriedad.
    Incongruencias varias de la Argentina actual.

    En este capítulo, se incluyen los testimonios del padre Luis Farinello, autor del libro "La mesa vacía", que relata un episodio de maltrato a un caballo de tiro en la Ciudad de Quilmes, Buenos Aires, Stella Maris Berón, una rescatista equina ex integrante de ACMA, Andrea Pellón, voluntaria en rescates equinos y Pedro Espinosa, periodista y vecino quilmeño.

  • En la ciudad de Buenos Aires la Ley de Tránsito Nro. 2148 aprobada en el año 2008 declara: “está prohibida la circulación de vehículos de tracción animal en todo el territorio de la Ciudad de Buenos Aires. Sólo se permite la circulación de jinetes del Cuerpo de Policía Montada, de mateos en las condiciones establecidas en el presente Capítulo y de vehículos de tracción animal y de jinetes por los sectores y en las condiciones que autorice especialmente la Autoridad de Aplicación, siempre que se encuentren afectados a eventos de carácter histórico o folklórico, actividades deportivas, exposiciones o paseos recreativos o turísticos”.

    A diario se viola esta ley con la circulación de carros precarios tirados por caballos. La violación de esta ley es una falta de tránsito que se comete bajo la mirada indiferente, tanto de los ciudadanos como de los policías.

    Si además se tiene en cuenta el estado de salud y las condiciones en que son obligados a trabajar estos caballos, estamos también frente a un delito por  violación a la Ley Nacional Penal Nº 14346, de Protección Animal. Esta ley penaliza los malos tratos y actos de crueldad cometidos contra animales. El artículo dos describe claramente los actos considerados delito:

    -          No alimentar en cantidad y calidad suficiente a los animales domésticos o cautivos;
    -          Azuzarlos para el trabajo mediante instrumentos que, no siendo de simple estímulo, les provoquen innecesarios castigos o sensaciones dolorosas;
    -          Hacerlos trabajar en jornadas excesivas sin proporcionarles descanso adecuado, según las estaciones climáticas;
    -          Emplearlos en el trabajo cuando no se hallen en estado físico adecuado;
    -          Estimularlos con drogas sin perseguir fines terapéuticos;
    -          Emplear animales en el tiro de vehículos que excedan notoriamente sus fuerzas.

    El artículo 3 prohíbe expresamente los siguientes actos de crueldad:
    -         
    Mutilar cualquier parte del cuerpo de un animal, salvo que el acto tenga fines de mejoramiento, marcación o higiene de la respectiva especie animal o se realice por motivos de piedad.
    -          Intervenir quirúrgicamente animales sin anestesia y sin poseer el título de médico o veterinario, con fines que no sean terapéuticos o de perfeccionamiento técnico operatorio, salvo el caso de urgencia debidamente comprobada;
    -          Causar la muerte de animales grávidos cuando tal estado es patente en el animal y salvo el caso de las industrias legalmente establecidas que se fundan sobre la explotación del nonato;
    -          Lastimar y arrollar animales intencionalmente, causándoles torturas o sufrimientos innecesarios o matarlos por el solo espíritu de perversidad.
    -                     Realizar actos públicos o privados de riñas de animales, corridas de toros, novilladas y parodias en que se mate, hiera u hostilice a los animales.

    Vivimos en una sociedad que tolera, acepta y hasta defiende el maltrato y la violación sistemática de las leyes. Quien se atreva a hacer notar esta falta será tildado de molesto o entrometido en el mejor de los casos, y acusado de loco, insensible o cretino por intentar detener un delito de esta naturaleza.

    El Puente Alsina (anteriormente conocido como Puente Tte. Gral. J. F. Uriburu), o comúnmente llamado “El Puente Pompeya”, cruza el Riachuelo, uniendo la Avenida Sáenz del barrio Nueva Pompeya de la Ciudad de Buenos Aires con la localidad de Valentín Alsina, Partido de Lanús, Buenos Aires. Este puente es escenario cotidiano de la violación sistemática a las leyes mencionadas anteriormente. Por allí circulan por día cientos de carros procedentes de diferentes localidades del Sur de Buenos Aires rumbo a Capital Federal.

    Luego de una jornada de filmación desde una esquina, pudimos ver como algunos caballos hacen varios viajes en el mismo día y algunos de ellos casi mueren en el intento.
  • Corría el año 1990, cuando las activistas animales, Lila Paulides, María Delia Pizela y Eva Cepeda fundaron el grupo “Sensibilidad” ubicado en la ciudad de Capital Federal, Bs. As.

    No fue hasta el año 1996 en que adjudicaron el título de Asociación y llevaron a cabo el primer rescate equino. Aquel maltratado caballito cartonero rescatado en la ciudad de San Cristóbal y oriundo de Villa Fiorito, Lomas de Zamora, Bs As., fue bautizado con el nombre de “Sensi”. Una vez dado en adopción al centro para discapacitados “A.J.A.”, fue robado al poco tiempo y vuelto a encontrar por el padre de uno de los chicos del centro, en la misma Villa Fiorito. Fue devuelto al centro donde pertenecía.

    Lila lo visitaba periódicamente y aquel caballito castaño oscuro que en un principio era de éste color producto de la mala alimentación, viró a un pelaje blanco y su cabeza se tiñó de un tono gris. Costaba creer que aquel caballo era el mismo.

    “Sensi” falleció en el año 2008 habiendo conocido una vida feliz alejada de su pasado. Fue el puntapié de una gran labor que derivó desde el año 1996 hasta el año 2011 en el rescate de 100 caballos de tiro víctimas del maltrato.

    Cuando las redes sociales aún no existían y las pocas asociaciones animalistas por aquel entonces solo atendían a la protección de perros y gatos. Cuando el tema del maltrato a caballos era algo “tabú”, Lila Paulides con su protectora “Sensibilidad” rompieron la escena animando a que otros activistas siguieran sus pasos.

    Al igual que Lila Paulides, Nancy Mónaco es una activista que desde hace décadas viene luchando contra el maltrato animal. De la ciudad de Lanús, desde hace más de 15 años tiene un programa radial llamado “Mascotas y algo más” en el cual busca crear conciencia ciudadana sobre la tenencia responsable de animales y el maltrato animal. Viniendo de una de las ciudades con mayor mortandad equina en la provincia y en el país, Nancy y Lila se cruzaron en más de una ocasión.

    En ésta oportunidad volvieron a juntarse luego de un largo tiempo, para hacer algo de historia en éste documental.

  • Quienes no crecimos familiarizados con caballos, solo podemos a lo sumo, advertir algunos signos muy evidentes del maltrato en estos animales. Por ejemplo, podemos reconocer un caballo raquítico o extenuado, o advertir a veces si tira de cargas que exceden altamente sus posibilidades físicas. Poco sabemos de herraduras, de carros aptos o no, de hematomas o de lesiones específicas, de  preñez o de edad o contexturas aptas para la actividad de tiro.

    Lamentablemente, estos caballos además sufren maltratos adicionales cotidianos producto de látigos y cadenas, un trato violento al que ciertos sectores marginales están habituados.

    La Etología es la ciencia que estudia el comportamiento de los animales. Viviana Murilla y Claudia Álvarez del Grupo Ethos, son dos mujeres que ejercen esta disciplina desde hace años y se unieron voluntariamente al rescate de caballos de tiro. En este capítulo ellas explican desde una mirada profesional los signos del maltrato que sufren estos animales.

  • Durante la semana el caballo de tiro carga cientos de kilos en carros precarios no aptos para esa tarea, a lo extenso de una jornada entera, y si ese caballo encima es alquilado con certeza no contará con descanso alguno. Por la suma de $10 o $20 en algunos centros ilegales de alquiler puede rentarse un caballo con carro y ante la muerte del animal la persona que lo alquiló no necesita realizar ningún reembolso, porque “su dueño” sabe perfectamente el estado del caballo que alquila. Caballos robados traídos directamente del campo al centro de alquiler. Caballos con un destino concreto: tirar del carro hasta la muerte.

    Los sábados y domingos no constituyen días de descanso para estos animales que no cuentan con buena alimentación, y mucho menos atención veterinaria. Los fines de semana se los utiliza para la movilidad personal y el entretenimiento. Al Río de Quilmes van carros de todos lados. Fiorito, Villa Caraza, Adrogué, Solano. Son distancias muy largas que el caballo recorre, tirando del carro, que en la mayoría de los casos no está acorde con el animal, más la carga desmedida que le ponen encima. Estos animales al llegar a la Ribera son sacados del carro y durante el día los tienen de aquí para allá. Cabalgando a pelo, lo meten en la playa, lo agotan en el agua y juegan carreras. Más tarde son atados nuevamente al carro para llevar a su carrero junto a su familia y otras cargas de vuelta a su lugar de origen, generalmente con un conductor en alto estado de ebriedad.

    Pedro Espinosa, periodista y director de la revista “Entre nosotros, Quilmes turístico” dedicó un ejemplar abordando esta problemática tan ignorada por las autoridades.

  • La Peregrinación Gaucha a Luján está organizada por el Círculo Criollo El Rodeo y el Círculo Criollo Martín Fierro de Jáuregui. Se realiza desde 1945, el último domingo de septiembre los gauchos a caballo, en carruajes o carretas, llegan a Luján para rendir culto a la Virgen Gaucha en lo que constituye la mayor peregrinación a caballo en el mundo.

    Este festejo estuvo pensado para las organizaciones tradicionalistas de la zona cuyos caballos solo deberían recorrer a modo de desfile distancias muy cortas. Sin embargo, con los años se sumaron a la celebración carros de personas indigentes tirados por caballos en pésimas condiciones de salud e incluso muchas yeguas preñadas que deben recorrer larguísimas distancias. Los carromatos llevan familias enteras y víveres para los días que dura el trayecto. Durante los mal llamados festejos, alcohol corre de mano en mano, se producen actos delictivos y hasta faena de caballos que ya no pueden seguir. Año tras año aumenta considerablemente la cantidad de caballos muertos y mutilados durante la peregrinación. En septiembre de 2011 los Bomberos de Luján confirmaron 18 casos. En este capítulo, el testimonio de Andrea Pellón, voluntaria en rescates equinos.

  • El caballo usado para la recolección informal de residuos es también usado entre los estratos sociales más bajos a modo de divertimento en competencias de fuerza llamadas “cinchadas”. Estas consisten en atar un caballo a otro, con o sin carro, y hacerlos tirar cada uno para su lado. El ganador es el que logra cruzar una línea arrastrando al otro. Tiene sus raíces en un juego que se realizaba en zonas rurales pero que en las áreas marginales ganó en violencia y se configuró como una actividad cruel e ilegal. Lamentablemente, la diversión no reside solo en las apuestas de dinero sino también en el sufrimiento al que se somete al animal.