“Apero” se denomina al conjunto de piezas usadas para cubrir distintas partes del cuerpo del animal de
tiro. Existen diferentes tipos de aperos que generalmente están diseñados en
cuero y son fabricados adecuadamente su fin es que el caballo no se lastime mientras
arrastra la carga de manera eficiente.
Los caballos cartoneros rara vez cuentan con aperos y carros adecuados para realizar su actividad. Son todos de fabricación casera, totalmente improvisados, con los elementos que el carrero tiene a mano. Por eso es común ver carros desbalanceados, hechos con cubiertas o cámaras de auto, ensambles de madera podrida clavadas arbitrariamente, chapas y caños oxidados de un tamaño inadecuado que no contemplan las dimensiones del animal. Los aperos están confeccionados con sogas, cadenas, alambres, palos de cualquier tipo, pedazos de alfombra, prendas de vestir, frazadas y hasta con tiras plásticas arrancadas de cortinas unidas con engrapadora.
Todos estos elementos inadecuados producen serias lastimaduras en el caballo conocidas como “mataduras”. El látigo, clásicamente usado para azuzar al animal, también es construido de modo casero. “El látigo de cadena” es el más difundido entre los carreros y consta de un palo de escoba cortado al que se le ata una cadena en uno de sus extremos. La cadena es lo que golpea directamente sobre el cuero del animal produciéndole un daño muy superior al que podría producir un látigo convencional. Por ello es común ver grandes faltantes de cuero en los cuerpos de estos caballos.
Estos látigos de cadena tienen otra variante común en la cual la punta de la cadena lleva un clavo fundido para picanear al caballo y darle un castigo mayor.