Durante la semana el caballo de tiro carga cientos de kilos en carros precarios no aptos para esa tarea, a lo extenso de una jornada entera, y si ese caballo encima es alquilado con certeza no contará con descanso alguno. Por la suma de $10 o $20 en algunos centros ilegales de alquiler puede rentarse un caballo con carro y ante la muerte del animal la persona que lo alquiló no necesita realizar ningún reembolso, porque “su dueño” sabe perfectamente el estado del caballo que alquila. Caballos robados traídos directamente del campo al centro de alquiler. Caballos con un destino concreto: tirar del carro hasta la muerte.
Los sábados y domingos no constituyen días de descanso para estos animales que no cuentan con buena alimentación, y mucho menos atención veterinaria. Los fines de semana se los utiliza para la movilidad personal y el entretenimiento. Al Río de Quilmes van carros de todos lados. Fiorito, Villa Caraza, Adrogué, Solano. Son distancias muy largas que el caballo recorre, tirando del carro, que en la mayoría de los casos no está acorde con el animal, más la carga desmedida que le ponen encima. Estos animales al llegar a la Ribera son sacados del carro y durante el día los tienen de aquí para allá. Cabalgando a pelo, lo meten en la playa, lo agotan en el agua y juegan carreras. Más tarde son atados nuevamente al carro para llevar a su carrero junto a su familia y otras cargas de vuelta a su lugar de origen, generalmente con un conductor en alto estado de ebriedad.
Pedro Espinosa, periodista y director de la revista “Entre nosotros, Quilmes turístico” dedicó un ejemplar abordando esta problemática tan ignorada por las autoridades.